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El año nuevo litúrgico

¡INICIAMOS UN NUEVO AÑO LITÚRGICO!

Como recordamos en nuestro primer escrito acerca de los colores litúrgicos, el año litúrgico es un ciclo que no coincide con el calendario regular, sino que inicia con el adviento, que se prolonga durante 4 semanas antes de la octava de navidad. (¿ya sabes qué color encontrarás en las vestiduras del sacerdote este domingo?)

El año litúrgico es complejo de comprender; la iglesia católica agrupa las lecturas y las celebraciones en tiempos que se suceden en el año y que coinciden en su contenido y su intención. Y tanto la iglesia occidental como los ritos orientales pueden tener variaciones en dichas fechas. Sin embargo, un hecho destacable es que se inicia justamente con la espera del nacimiento de El Salvador.

¿Qué año litúrgico empieza?

Otra característica del ciclo litúrgico es que no siempre es el mismo. Existen 3 ciclos (A, B y C) que varían si el año es par o impar. Para el año que inicia en 2020, el ciclo es B y el año es impar (2021). Eso determina las citas bíblicas que se leerán durante el año.

El ciclo en que estamos se nota especialmente en la lectura del Evangelio. Fíjate muy bien la próxima vez que asistas a misa: ¡El evangelio leído será el de San Marcos! Y esto ocurrirá durante todo el año. Los evangelios cambian con cada ciclo. En el A se lee el evangelio según san Mateo, en el B, el evangelio según san Marcos, y en el C, el evangelio según san Lucas. ¿Y Juan?, se lee siempre en el tiempo de Pascua, sin importar el ciclo.

Esto permite que, si vas a misa todos los domingos durante 3 años seguidos, habrás escuchado y reflexionado prácticamente toda la Sagrada Escritura.

¿Cómo esperamos los cristianos?

Desde los inicios del cristianismo, las celebraciones más importantes de nuestra fe incluyen una espera activa. Esperar para los cristianos no es sentarse a ver el tiempo pasar, sino poner nuestra vida en actitud para recibir al invitado más especial que se puede recibir: a Cristo, Jesús, nuestro Señor. Y para ello, al igual que cuando limpiamos la casa y usamos las mejores vestiduras para recibir a un invitado, aprovechamos el tiempo de Adviento para limpiar nuestra casa espiritual, poner en orden nuestra vida, nuestros propósitos y renovar nuestros vestidos sagrados de la fe y la caridad, de forma que, el día de la Navidad, Jesús nazca espiritualmente dentro de nuestros corazones.

Esa espera activa incluye la oración, la renovación de nuestros compromisos bautismales, la ofrenda de sacrificios espirituales e incluso físicos como el ayuno y la vigilia, y la práctica de los sacramentos y las obras de caridad.

Desde Taus Ornamentos Sacerdotales, invitamos a nuestros seguidores y a todos los fieles cristianos a mantener viva la fe en nuestros corazones, a orar por los que aún no creen, por aquellos que han decaído en su fidelidad a Dios y a dignificar las fiestas del Señor.

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